“Miradas desde la Escalera” 29 de Junio 2019
“No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave, ni armoniosa como las historias inventadas, sabe a insensatez, y a locura, y a ensueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos”
Hermann Hesse Demian
La invitación de Francisco y Steffie, nos ha descubierto un lugar en el corazón de Valencia muy especial. No es casual que “la escalera” este escondida entre los verdes y ocres, de un campo impresionante, parecido a un cuadro impresionista. Un camino arbolado descubre esta casa maravillosa, con una magia que esconde entre sus paredes una nueva historia de arte, de vida y de encuentros… Es mediterráneo en estado puro, una reminiscencia a la Toscana. Un lugar que inspira a coger los lienzos y reproducir aquello que nos rodea, una casa que esconde oculta en ella pinceladas de una nueva biografía que nuestros amigos van a escribir en estos paisajes con la sabiduría que da vivir fieles a uno mismo.
Hay algo al llegar que impregna la nueva etapa de esta pareja de amigos del alma; están renovados y tienen una mirada elevada, feliz y profunda. Durante el fin de semana la obra de arte más preciada han sido sus sonrisas acompasadas, la complicidad que desprenden, parece que este lugar es su epicentro. Y en este lienzo tan hemos Francisco y Steffi, son dueños absolutos de los matices y formas que dibujan este encuentro.
Nietzche definió algo que les cuadra muy bien a esta pareja:
“Qué la imaginación y creatividad del hombre no tiene límites, no se agota construyendo e interpretando la realidad, tanto desde el lenguaje como desde la ciencia.
Ese impulso instintivo en construir metáforas, es según Nietzsche el mundo del arte, del sueño, de la fantasía.
El arte consiste en la tendencia a dejarse engañar, en vivir las cosas, bien películas, teatro o novela, dejándonos engañar, vivirlas como realidad. Es la inteligencia utilizada ahora de un modo distinto al utilizado desde la razón, ahora como ficción, sin cargas, ni convenciones establecidas. Ahora dejamos de ser siervos para convertirnos en señores, somos nosotros quienes construimos o jugamos desde un intelecto liberado, porque somos dueños de la obra que realizamos, de nuestra realidad”.
Señores de su universo, un sueño hecho realidad, dos personas buscadoras encontradas para ser anfitrionas de una mirada nueva, su mirada desde esta escalera que hoy nos acoge. A veces la vida pasa a nuestro lado y se nos escapan las experiencias vitales que nos hacen sentir que somos el centro de nuestro universo.
Este fin de semana me ha sorprendido la luz interior de Steffi y la sonrisa perpetua de Francisco. Su mirada refleja la vida en estado puro y su cara es el espejo de un alma que va dibujando historias en cada rincón de este pequeño universo. Representa al buscador que ha decidido para dejarse encontrar para ser el mismo. Desprende la complicidad de un amor acompasado por un sueño maravilloso que ha convertido lo cotidiano en una aventura apasionante. Al detenerse y restaurar la escalera, han llenado de nueva vida cada rincón, cada paraje. Formas concretas de arte conceptual se acomodan en muros centenarios y cada piedra es un nuevo lienzo en blanco donde exhibir el arte. El centro de existencia de esta pareja de buscadores, coleccionistas, amigos y anfitriones únicos, rebosa de abundancia, generosidad y buen hacer.
Esta casa se ha llenado de nueva vida, sus paisajes gritan historias de logros conseguidos, aceite, vino, arte; tres elementos que definen a esta pareja de buscadores encontrados entre estos muros centenarios, rodeados de naturaleza. Están escribiendo juntos algo más que una historia de propietarios de una casa fantástica. Han sido capaces de tejer juntos una historia vital concreta por una senda que muy pocos se arriesgan a transitar. Al encontrarse ellos con su propio universo, al desentrañar el centro de lo que son, se han convertido en el epicentro de nuevos acontecimientos que sucederán en la escalera.
“Miradas desde la escalera” es una propuesta sutil, profunda y valiente, si nos miramos en los ojos de Francisco o Steffi, vemos que en este lugar son seres nuevos sagrados y casi criaturas celestiales, sus miradas desprenden felicidad, sabiduría, curiosidad y luz… Invitan a algo más que compartir un maravilloso fin de semana de arte, debates, música, un encuentro que han organizado de manera magistral.
Nos envuelve la suavidad de la noche mediterránea suena un cuarteto de música, matemáticas y notas que nos envuelven en sensaciones de una belleza difícil de describir. A lo lejos en el horizonte suaves montes, y las estrellas dibujan una escalera hacía el cielo. Esta escalera celestial arranca de una pareja que disfruta de la música, revestidos de belleza, de serenidad, anfitriones confundidos entre un público de amigos que hoy han invitado. Francisco y Steffi nos son conscientes que un número mágico de estrellas han ido dibujando formas geométricas, escalones que desafían los pinos y suben más allá de lo normal. Un símil de La escalera de Jacob (סֻלָּם sullām, «escalera»); (Génesis 28,11-19) por la que los ángeles ascendían al cielo y descendían a la tierra.
Les miro desde la cercanía que la amistad me da y pienso si en estos dos queridos amigos no les han crecido alas en esta escalera mediterránea, alas de libertad para entrañarse con un compromiso que va mucho más allá de unas miradas.
La escalera es un vínculo entre el cielo y la tierra, los peldaños son las pequeñas historias con que nuestros amigos escriben su nueva biografía. Hay algo en este lugar que les conecta fuertemente a una hermosa tierra de la que sacan frutos, una base para ascender y trascender hacía arriba, al cielo que les cubre cada día.
“Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.” (Génesis 28,12)
Os deseo que como las hermosas criaturas que sois y criaturas de Yahveh que como despedida vuestro corazón repita la repuesta al sueño de la escalera.
“Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho. (Génesis 28,13-15)
Que Dios os bendiga hoy y siempre y os de mucha inspiración para ser inspiración para aquellos que os queremos.
Muchas por el fin de semana
Pablo Ramírez y Ana López de Letona
Madrid 1 de Julio 2019